viernes, 28 de agosto de 2009

El Corazón de un Arhat (阿罗汉的心)

El Arhat es un ser que alcanzó a comprender conscientemente que su cuerpo es inexistente y por lo tanto puede realizar acciones que serían imposibles de realizar para un ser humano común y corriente. Es un grado elevado de desarrollo espiritual y la disciplina de los monjes lleva a ese estado de la mente, en la que ésta predomina sobre cualquier ilusión del mundo.
El Buddha Sakyamuni tenía un grupo numeroso de discípulos jóvenes que habían alcanzado el grado de Arhat, lo cual no nos debe de extrañar, pues muchos de ellos tuvieron desde su niñez el gran deseo de seguir la Enseñanza del Buddha, permitiendo ese anhelo que se sometan a duras disciplinas que les dieron el logro en temprana edad.
El rey de Prasenajit escuchó hablar acerca de estos jóvenes Arhats y tuvo dudas acerca de su verdadero estado de realización, por lo que invitó al Buddha y a los Arhats a que visitaran su palacio, diciéndoles que les iba a presentar una ofrenda, es decir que les iba a invitar una cena vegetariana para que el Buddha y los Arhats bendijeran su palacio al recibir los alimentos.
Pero su real intención era probar a los jóvenes Arhats, ya que él pensaba en sí mismo, que durante su juventud había sido llevado por las tentaciones del mundo con extrema facilidad, por lo que cuando el Buddha y los Arhats se encontraban tomando sus alimentos, él invitó a unas cantantes de la corte a que se presenten y presenten números de canto y danza en los que se iban desnudando, pensando que así lograría despertar algún deseo impuro en los jóvenes Arhats.
Grande fue su sorpresa cuando los Arhats siguieron comiendo con toda parsimonia mientras las danzantes se iban desnundando, por lo que el Buddha al ver el rostro de asombro del rey le dijo "Su Majestad no necesita probar a mis Arhats, ellos escogieron este camino por propia voluntad y renunciaron a su condición material; al ser esta inexistente, ellos no pueden sentir ninguna atracción por ninguna pasión del mundo".
Seguidamente y para tratar de explicar al rey acerca de la naturaleza del corazón de un Arhat, el Buddha preguntó al rey si tenían o no en prisión a reos condenados a muerte para ser ejecutados al día siguiente, a lo que el rey contestó que sí.
Entonces el Buddha le dijo "Su Majestad, si estos presos demuestran que pueden dejar de prestar atención a las bailarinas igual que mis Arhats, ¿les perdonaría Usted la vida?". A lo que el rey contestó "¿Cómo va un un hombre encerrado en prisión por largo tiempo soportar la visión de una de mis bailarinas sin ser movido por el deseo? Si lo logran, los perdono, mi palabra queda empeñada".
Y el Buddha pidió al rey que traigan a los condenados a muerte y luego de que todos los Arhats terminaron de servirse sus alimentos, utilizó las mismas escudillas, las llenó de aceite hasta el borde y se las entregó a los reos, diciéndole al rey "Su Majestad, ¿perdonará usted la vida del hombre que pueda cruzar el salón de palacio pasando al lado de las bailarinas y llegar hasta su presencia sin derramar una gota de aceite?" A lo que el rey contestó "Sí, lo haré y no sólo le perdonaré la vida, sino que le daré además su libertad".
Así fue como el Buddha se acercó a los reos y les dijo "Esta es su única oportunidad de vivir, si ustedes no oyen nada ni ven nada y llegan hasta la presencia del rey sin derramar una gota de aceite vivirán".
Entonces los reos se alinearon con las escudillas en las manos y el rey hizo danzar a las cortesanas, las que trataban de mostrar al máximo sus encantos para llamar la atención de los reos, los cuales se concentraron sólo en mantener la escudilla derecha y caminaron hasta llegar a la presencia del rey sin dejarse perturbar por las bailarinas.Una vez que llegaron allí, el Buddha le dijo al rey "Su Majestad, estos hombres que estaban al borde de la muerte, son como mis Arhats, que ya han renunciado a sus vidas, ¿Usted honrará su palabra y los perdonará?"
Y el rey perdonó a los reos, los cuales inmediatamente se postraron a los pies del Buddha y le pidieron que los acepte como discípulos para seguir el camino del Arhat, a lo que el Venerado por el Mundo respondió "Que se levanten los nuevos Bhikshu" y seguidamente les rapó la cabeza e hizo que les trajeran sus túnicas, llegando todos ellos a convertirse en Arhats y grandes maestros de la Enseñanza del Buddha.
Así, podemos ver que cuando llega el momento, todo ser está dispuesto a seguir el camino de la Iluminación, por más que este parezca sinuoso y empinado.

Joseph Cruz Soriano
Centro Tian Long Tan
Astrología China, Feng Shui y Oráculos Tradicionales
http://www.tianlongtan.com/

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